En la primavera de la vida, todo joven se pregunta: «Vida
¿Qué medarás? ¿Qué es lo que me espera?» Y la vida le devuelve la pregunta,
como la tierra al campesino: «Depende de lo que tú me des. Recibirás tanto
cuanto trabajes, y cosecharás conforme hayas sembrado »Tal vez no comprendas
ahora del completo lo que significa la palabra «carácter». Piensa para empezar,
que la escuela actual tiene un gran defecto porque pone mucho empeño en formar
la inteligencia de los jóvenes y olvida demasiado la formación del carácter, es
decir, forjar la voluntad y la coherencia del joven. De ahí la triste realidad
de que en la sociedad abunden más las cabezas instruidas que las voluntades de
acero, que haya más ciencia que carácter. Hoy día, la falta aterradora de
voluntad y de coherencia es el origen de muchos vicios, de los desórdenes más
trágicos de la humanidad. Hoy, el no tener carácter pasa, en el sentir de
muchos, como virtud de prudente adaptación a las circunstancias, y la falta de
coherencia con los propios principios se denomina «astucia», y el perseguir el
interés individual se llama interés por el bien común. Por eso se prima tanto
la comodidad y el goce sobre la honradez. Y es que el carácter no es un «premio
gordo» que se pueda conseguir sin méritos y sin trabajo, sino el resultado de
una lucha ardua, forjada a base de autoeducación, de abnegación, de una batalla
espiritual sostenida con firmeza. Y esta batalla ha de librarla cada uno por sí
solo. Nadie lo hará por ti. ! Anímate!